martes, 31 de mayo de 2011

¿Cómo se motiva a los alumnos a involucrarse de lleno en su propio proceso de aprendizaje?

               La motivación es el motor de la vida. Sin motivación, ninguna persona llegaría muy lejos ni muy alto. Sin importar cuál sea la meta que una persona se proponga –tanto personal como profesionalmente--, es importante que exista esa energía que viene desde adentro y estímulos externos para poder llegar hasta el final. Muchas personas se matriculan en la universidad porque creen que lo más importante tener un título; sin embargo ¿cuántas realmente cumplen sus “sueños”? ¿Es “obtener un título universitario” motivación suficiente para que un estudiante se gradúe? ¿Qué motiva más imaginarse el título en las manos o ir contando un logro a la vez mientras se disfruta “del camino hacia la meta”? Pienso que el título no es suficiente. Es mucho más importante que la motivación intrínseca y la extrínseca estén presentes durante el proceso de enseñanza-aprendizaje (E-A). Los responsables directos de esta motivación son el docente y el discente.

                Primero que todo, la base para que los/las estudiantes sean actores principales de su aprendizaje es la motivación intrínseca. Ellos/ellas deben tener muy claro qué quieren y cómo lo quieren alcanzar. Querer ser profesional es un factor; no obstante, es fundamental que sepan para qué quieren serlo, qué esperan obtener, a dónde quieren llegar, qué competencias necesitan para ser buenos profesionales, cómo desarrollarlas. Si los/las estudiantes tienen esto claro, su motivación tendrá raíces tan profundas que lucharán hasta alcanzarlo. Los profesores/las profesoras, como guías que somos, podremos plantearles todas estas interrogantes con el fin de que ellos mismos/ellas mismas  vayan llegando a sus propias conclusiones. Mediante el uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs)—las cuales forman parte de las generaciones de estudiantes de hoy día--, actividades lúdicas, actividades constructivistas y donde se ponga en práctica el trabajo colaborativo podremos ayudarles a que sean ellos mismos quienes establezcan metas y encuentren el camino para lograrlo. Esto les permitirá conocerse a sí mismos y desarrollar autorregulación durante su proceso de aprendizaje; como consecuencia, ellos mismos/ellas mismas podrán evaluarse, serán autónomos para la toma de decisiones y para lograr lo que quieran y serán capaces de auto-motivarse en cada paso que den. En resumen, por medio de diferentes actividades, los profesores/las profesoras podemos ayudar a que nuestros estudiantes desarrollen la autorregulación y mantengan su motivación intrínseca.

                Por otro lado, la conclusión satisfactoria de los estudios universitarios o la deserción de estudiantes depende en gran manera de la motivación extrínseca. Si un universitario/una universitaria llega a clases en las cuales el profesor “dicta cátedra”, asigna tareas y hace exámenes donde se pruebe la buena a la mala memoria de cada estudiante; será muy difícil que él/ella no se aburra. Es importante que los/las docentes comprendamos el entorno de los estudiantes para motivarlos. Por ejemplo, a sabiendas que existe Internet y que los estudiantes conocen muchas herramientas para investigar, ¿no sería mejor que ellos investiguen y desarrollen sus propias ideas en clase en vez de que el profesor mencione las teorías? Desde mi perspectiva, si queremos motivar a nuestros estudiantes, es necesario que ellos hagan uso de todos los recursos que están a su alcance; por ejemplo bibliotecas virtuales, portafolios electrónicos, redes sociales, desarrollo de wikis, entre otros. ¿Qué será más satisfactorio para ellos/ellas: conocer temas aislados o lograr interconectar los conocimientos previos, destrezas desarrolladas y logros alcanzados? Es fundamental que existan las conexiones cognitivo-afectivas (del Valle, Morales, & Sumano, 2011), aprendizaje meta-cognitivo y meta-análisis. De esta manera, el/la docente podrá dar mérito al esfuerzo que han realizado los/las discentes y a las  competencias que han desarrollado; como resultado, estaremos motivando a nuestros estudiantes a que logren sus metas mediante el uso de recursos con los cuales están familiarizados y que les permiten ser actores principales de su propio aprendizaje. 

                En resumen, todos/todas, tenemos sueños, esperanzas y metas. Para lograr ser buenos profesionales debemos recorrer el camino de ser buenos/buenas estudiantes. Es importante que los /las discentes logren desarrollar motivación intrínseca con el fin ir alcanzando lo que quieren de la manera que les resulte más satisfactoria. Los docentes también debemos poner en práctica métodos y estrategias de enseñanza que motiven a los estudiantes a involucrarse activamente en el proceso (E-A). En ambos casos, se puede hacer uso de la tecnología que esté a nuestro alcance, poner en práctica tanto estrategias constructivistas como actividades colaborativas y lúdicas. Con esto, lograremos desarrollar conexiones cognitivo-afectivas, autonomía y autorregulación; así como, poner en práctica la meta-cognición y el meta-análisis.
  
Bibliografía

del Valle, P., Morales, M., & Sumano, A. (2011). Motivación y Autorregulación a partir del uso del portafolio electrónico en los alumnos del nivel superios. Revista Iberoamericana de Educación , 173-187.

viernes, 20 de mayo de 2011

¿Debo o no devolverme cuando los estudiantes no dominan los temas?

Desde mi punto de vista, es importante que el profesor sea conciente de las necesidades de sus estudianes. Si, por algún motivo, algún estudiante desconoce un tema base para continuar con el siguiente, es fundamental proveerle esa información. No es necesario realmente "devolverse". Hay distintas maneras de que el estudiante aprenda un tema. Por ejemplo, se pueden tomar unos minutos de la clase para dar a conocer el tema antes de iniciar el "nuevo" contenido. También, se puede hablar con el estudiante o el grupo de estudiantes que necesitan aprender el tema para que se queden un momento después de la clase o para que lleguen más temprano la siguiente vez . Si no fuera necesario "explicar" o evacuar conceptos, se puede entregar información escrita a los estudiantes para que lean en casa y luego "aclarar dudas". Es necesario que los estudiantes conozcan los temas anteriores.

jueves, 19 de mayo de 2011

Competencias del docente en el siglo XXI

ESte es un ejemplo que se extrajo de la siguiente película (hacer click en el nombre)

Formación universitaria del siglo XXI: los roles y las competencias

La mayoría de los docentes recordarán su aprendizaje como algo teórico y en el cual no tenían mucha participación. En la mayoría de los casos, había una profesora explicando los temas; luego de eso, los estudiantes hacían una práctica para saber si habían entendido o no los conceptos. Por último, había que presentar un examen para demostrar si sabíamos o no. Sin embargo, se ha demostrado que esta metodología de enseñanza no es la más efectiva para desarrollar las competencias fundamentales del profesional del presente siglo. Con base en esto, en el presente ensayo, expongo que el del profesor dentro del proceso de Ensañanza-Aprendizaje (E-A) debe cambiar con el fin de que cada estudiante desarrolle habilidades que vayan de acuerdo con el perfil del profesional del siglo XXI –autonomía, auto-educación, autogestión, integridad ética, proactividad e innovación, resolución de problemas, pensamiento crítico, trabajo colaborativo, entre otros.

Primero que todo, como se mencionó en el párrafo anterior, es importante que el rol del docente dentro del proceso E-A cambie dado que debemos preparar a los estudiantes para las futuras demandas laborales. Es fundamental que los docentes tengan claro que la misión de la educación es “permitir a todos sin excepción hacer fructificar todos sus talentos y todas sus capacidades de creación, lo que implica que cada uno pueda responsabilizarse de sí mismo y realizar su proyecto personal” (Delors, 1996). Todas las personas que se dediquen a la educación deben velar porque lo anterior se cumpla. Por un lado, el/la profesor/a dejará de transmitir conocimientos a los estudiantes y tendrá como objetivo principal guiar a sus estudiantes para que desarrollen las competencias que les serán útiles en su vida profesional. Con el fin de lograrlo, los profesores serán responsables de ayudar a sus estudiantes a desarrollarse de manera integral; esto es, que cada uno crezca no solo profesional e intelectualmente sino también psicológica y emocionalmente. 

Por otro lado, con el fin de cumplir con los requerimientos como docente universitaria en el siglo XXI, es necesario que el rol del estudiante sea activo y no pasivo. Para que los discentes puedan desarrollar las competencias que exige el mercado laboral en estos tiempos, es fundamental que ellos sean los actores/las actrices principales y no considerarlos simples espectadores. Los alumnos deben ser agentes activos de su aprendizaje y la motivación –tanto intrínseca como extrínseca— debe estar presente en todo momento ya que esto “regulará el comportamiento afectivo-cognitivo del alumno hacia el aprendizaje” (Nieves, Otero, & O). Esto último quiere decir que, si nuestras clases no se centran en los/las estudiantes y si no existe motivación por parte de ellos/ellas, posiblemente el proceso E-A será poco efectivo y no se desarrollarán las competencias deseadas. Desde mi perspectiva, el estudiante también debe establecer metas claras con el fin de cumplir con las demandas sociales y profesionales de la actualidad. Es fundamental que el universitario establezca sus metas con base en sus “intereses, aptitudes [… y la] realidad social, económica, cultural y política en la que vive” (Roselli & Aguilar, 2010). Si el estudiante universitario tiene metas claras, planifica bien sus actividades, cumple con las tareas y se esfuerza de manera disciplinada, la posibilidad de que desarrolle las competencias necesarias para ser un buen profesional en el siglo XXI es muy alta. En resumen, con el fin de desarrollar ciertas competencias en el/la estudiante universitario/a, el/ella debe ser el sujeto de aprendizaje, debe existir motivación y se deben establecer metas claras.

Por último, las demandas en cuanto a perfil profesional han cambiado mucho en las últimas décadas; como consecuencia, los discentes a nivel universitario deben desarrollar competencias que los ayudarán a tener éxito.Para efectos de este ensayo, me basaré en las competencias básicas ya que deben ser tomadas en cuenta por cualquier profesor universitario sin importar el área específica en el que imparte sus lecciones. Desde mi punto de vista, la competencia básica más importante es la autonomía; esto es, si un estudiante logra ser autónomo, será un profesional autónomo. ¿Cómo se logra esto? Como todo proceso de E-A, el estudiante debe estar activo con el fin de desarrollar auto-regulación en su aprendizaje; luego de lograr esto, alcanzará el aprendizaje y el desarrollo; por último, será capaz de poner en práctica la auto-educación y el auto-perfeccionamiento. Estas dos últimas son las que permitirán al profesional acceder a la educación continua y permanente –requisito fundamental para las personas dentro de la fuerza laboral de hoy día. Otra competencias importante que deben desarrollar los universitarios es el trabajo colaborativo ya que en todos los puestos laborales será necesario trabajar en equipo con personas graduadas de diferentes disciplinas. Con el fin de desarrollar dicha competencia, es importante incluir ejes transversales en los planes de estudio de todas las carreras. Como consecuencia, se logrará que cada estudiante conozca los fundamentes de varias áreas que complementan su especialidad y, así, lograrán integrar sus conocimientos con los de otros profesionales una vez incluidos en la fuerza laboral. Como menciona Gardner, "es ineludible que la investigación interdisciplinaria es muy importante y que el buen trabajo interdisciplinario tiene una importancia especial en nuestra época" (Gardner, 2005). A su vez, como resultado del estudio de otras áreas de estudio, existirá interdisciplinaridad. Es indispensable que, dentro de dichos ejes transversales y el planeamiento adecuado del currículo y de los objetivos, se planee desarrollar competencias como solución de problemas basados en el pensamiento crítico y la ética profesional e innovación de proyectos e ideas que mejoren los procesos y la calidad de trabajo. Como conclusión, las dos competencias anteriores junto con la autonomía –autogestión, autoeducación, autoperfeccionamiento—y el trabajo colaborativo son las cinco competencias básicas más importantes que deben desarrollar los universitarios de cualquier área de estudio.

A manera de cierre, dados los cambios que se han dado durante los últimos años en el área educativa y en el área profesional, es indispensable que los roles del profesor y del estudiante cambien. Esto es, el docente debe asumir una posición en la cual guíe a sus estudiantes hacia el desarrollo de competencias. Por otro lado, los discentes no sólo deben ser el centro del proceso E-A sino que necesitan asumir una actitud activa hacia el aprendizaje con motivación y metas claras. Por último, el currículum debe ir dirigido a desarrollar competencias básicas tales como: autonomía, trabajo colaborativo, pensamiento crítico, solución de problemas e innovación.

Bibliografía

Delors, J. (1996). La educación Encierra un Tesoro. Mexico: Ediciones UNESCO.

Gardner, H. (2005). Five Minds of the Future: An Educational Essay. España: Graphiques.

Hernandez, M., & Hernandez, Y. (2008, 10 30). Nuevo rol del docente del siglo XXI. Retrieved 05 17, 2011, from GestioPolis.com: http://www.gestiopolis.com/economia/rol-del-docente-en-la-educacion.htm

Nieves, Z., Otero, I., & O, M. (n.d.). La Formación profesional en la Universidad de hoy: de la educación a la autoeducación. Retrieved 05 15, 2011, from Revista Iberoamericana de Educación: http://bb9.ulacit.ac.cr/bbcswebdav/courses/2C-021005G1/La%20formacion%20profesional.pdf

Parra, H. (2006, 06). El modelo educativo por competencias centrado en el aprendizaje y sus implicaciones en la formación integral del estudiante universitario. Retrieved 05 17, 2011, from http://www.congresoretosyexpectativas.udg.mx/Congreso%206/Eje%202/Ponencia_212.pdf

Roselli, N., & Aguilar, M. (2010, 09). Congreso Iberoamericano de Educación. Retrieved 05 17, 2011, from Metas Académicas y Proyecto de Vida de un grupo de estudiantes universitarios: http://www.adeepra.com.ar/congresos/Congreso%20IBEROAMERICANO/ETP/RLE2247_Rosolli.pdf

sábado, 14 de mayo de 2011

De educar y de aprender

Si una persona quiere saber qué significa “educar” y que significa “aprender” va a encontrar infinidad de definiciones. Si se busca “¿Qué significa educar? ” en Google, se encontrará 4 040 000 resultados. De igual manera, si se pregunta la “Definición de aprender” , se recuperarán 16 400 000 archivos. No obstante, no se trata de buscar definiciones y de entenderlas ; además de eso, es importante sintetizar y crear una definición propia para ponerla en práctica. En el siguiente ensayo, se definirá el significado de aprendizaje y educación desde el punto de vista de la autora con base en algunos textos.

Para empezar, se definirá el término educar. De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española, este término significa: “Dirigir, encaminar, doctrinar” y “Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc” (Real Academia Española, 2001). Es importante que todos los docentes sean conscientes de que en sus manos está saber guiar a sus estudiantes. No se trata de enseñarles teoría; más bien, se trata de tutelarlos y orientarlos para que ellos mismos exploren las diferentes teorías, las apliquen en sus vidas diarias (tanto personales como profesionales), las cuestionen, las evalúen e innoven. Asimismo, en miles de libros se menciona que la educación del siglo XXI se debe basar en competencias. Es responsabilidad de todos los profesores desarrollar diferentes habilidades en sus estudiantes. Esto último, con el fin de que, en un futuro, cuando ya los estudiantes ocupen puesto laborales, puedan tomar decisiones, trabajar en equipo, ser proactivos e creadores de ideas, puedan analizar lo que “ya está” y desarrollar ideas propias, entre muchas otras demandas laborales de la actualidad. Como conclusión, es responsabilidad del docente guiar al estudiante pero éste último debe aprender a investigar, evaluar e innovar.

Por otro lado, el mismo diccionario mencionado anteriormente define aprender como “Adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio o de la experiencia”. (Real Academia Española, 2001). Esta comprobado que es importante que el estudiante estudie y aprenda teoría; sin embargo, también es indispensable que aprenda haciendo –tanto dentro como fuera del aula. Es decir es importante que las personas tengan experiencias con el fin de desarrollar sus propios conocimientos. Para lograr esto, se pueden desarrollar proyectos de investigación, análisis de casos, visitas guiadas a diferentes lugares de interés, debates, mesas redondas, entre muchos otros. El objetivo de las actividades anteriores debe ser siempre que el estudiante sea el autor de sus propios conocimientos. En el proceso de enseñanza aprendizaje, es fundamental que la educación esté centrada en el estudiante y no en el profesor. Quien desarrollara los temas y cumplirá los objetivos será el estudiante y, como se mencionó anterior mente, el docente solamente lo/la dirigirá hacia ellos. En resumen, el aprendizaje es un proceso experiencial que se centra en el estudiante.

Por último, es bien sabido que el proceso de enseñanza aprendizaje es permanente y continuo. Como se menciona en el libro La vida que enseña: Nociones de una Educación Permanente, “Somos parte del conocimiento, somos uno con él. El conocimiento vive en nosotros no se trata de algo aislado, fuera de la realidad o fuera de nuestra realidad. No son dos entes separados. Por lo tanto, el vínculo con nuestra realidad es necesario a la hora de hacer uso de lo aprendido” (Calderon, 2006). Durante la vida, las personas se ven inmersos en educación informal cada vez que interactuamos con los sistemas sociales, tienen la oportunidad de ser parte de la educación no formal cuando se capacitan y existen muchas maneras de acceder a la enseñanza formal y obtener un título académico. En todos estos casos, los individuos aprenden a conocer, aprenden a hacer, aprenden a aprender y aprenden a aprender. Estos últimos cuatro factores son los fundamentos del proceso de aprendizaje continuo y permanente que todos y cada uno de los humanos de una u otra manera los experimenta. En síntesis, los seres humanos estamos expuestos a la educación permanente sea de manera formal, no formal e informal.

A manera de conclusión, es fundamental saber que no es suficiente conocer definiciones de educación y aprendizaje; más que eso, los docentes deben saber ponerlas en práctica en nuestras aulas. Además, el papel principal del profesor es guiar a sus estudiantes hacia el aprendizaje y el conocimiento. Con el fin de lograr esto, es necesario que el estudiante sea el protagonista de su propio proceso de E-A. Para finalizar, no se debe olvidar que enseñar y aprender ocurren constante y permanentemente en la vida de un ser humano.

Bibliografía
Calderon, K. (2006). La vida que enseña: Nociones de educación permanente. In K. Calderon, La vida que enseña: Nociones de educación permanente (pp. 112-113). San José, Costa Rica: Editorial UNED.
Real Academia Española. (2001). DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición. Retrieved 05 14, 2011, from www.rae.es: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=educar
Real Academia Española. (2001). DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición. Retrieved 05 14, 2011, from www.rea.es: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=aprender